martes, 20 de noviembre de 2012

La alegría de las tipas




Hace un tiempo, que medido en años interiores se podría decir un largo tiempo,  rozando el había una vez, un chico me llevó a andar en bici. Hacía poco que tenía a la Negrita, una mountain hecha pelota pero de fierro, una bici fiel, generosa. Hacía poco también que andaba en bici por las calles de Buenos Aires. En ese paseo, tomamos por un tramo de la  colectora hacia el Norte, en donde llovían flores, literalmente.

Capaz lo imaginé; nunca descarto esa posibilidad. Pero en esa tarde tranquila, anduvimos bajo una lluvia de flores amarillas; anduvimos felices. Este chico me contó entonces que estos árboles se llamaban tipas, y nunca más lo olvidé.

Aprendí a andar en bici en la ciudad. He recorrido largas distancias con la Negrita. A veces las calles han sido malas. Algunas veces me caí; hace poco me rompí una calza y me insolé yendo a ver a Boltanski al Hotel de Inmigrantes. Pero fui aprendiendo algunas cosas, conociendo los baches, entendiendo los tiempos de los trayectos que he trazado, de a poco.

Ahora que ando muy suelta en bici y a veces me mando a ver a una amiga en Chacarita, tomo por Av. Forest a la altura de La Pampa. Entonces me encuentro con esa lluvia de flores de las tipas, nuevamente; sumándose a esta alegría del presente de ellas están los jacarandaes, que con sus campanitas lilas, y el sol, y el viento, forman una danza de la primavera mientras recorro ese tramo inefablemente bello de esta gran ciudad.

Y pienso que el tiempo es generoso conmigo; que sin importar cuánto ni qué tan fuerte me haya caído y me caiga todavía a veces de la bici, siempre me ha regalado - y aún me regala - la alegría de las tipas. Y, así, se me llena el corazón de flores.

2 comentarios:

  1. Que lindo Juli! Me encanta cuando pasa algo así y uno.piensa... que lindo este momento. Y agradece al universo!
    Dolo

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  2. Sí, Dolo, hay cosas que son tan simples como eso, son de las más lindas! Gracias! Te mando un beso grande.

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