sábado, 5 de octubre de 2013

Introducción al Proyecto Construir/Habitar

Yo puedo habitar muchos espacios. Muchos lugares pueden ser una casa. Sin embargo, el hogar es otra cosa. Pienso en un hogar, en una morada, como un espacio con el que me conecto de manera afectiva. Tengo un lazo con él, me unen recuerdos, objetos, experiencias. El Hogar se presenta como un espacio que condensa sentido ontológico, como espacio con el que se establecen relaciones profundas y complejas.  Los espacios amados son los espacios habitados, dice Bachelard; pero, ¿qué tipo de espacios?

En lo que llevo de vida, habité decenas de lugares: departamentos, habitaciones, sillones, galpones. Por azar o por elección, siempre estuve de alguna manera on the road. La mayoría de las veces, no me sentí en casa; los últimos años, principalmente, fueron los de mayor movimiento. Sin darme cuenta, me encontraba una mañana pensando: “¿Dónde después?”, evidenciando de esta manera la precariedad de mi morar.

Al momento de repensar las cualidades de un habitar que construye y condensa significado, fui imaginando - lentamente y de acuerdo a varias lecturas muy influyentes - cuatro espacios con al menos una cualidad específica y distinta a las demás: la raíz (el origen), el nido (la construcción), el refugio (dialéctica interior-exterior) y el espejo (espacio reflejo, concentrado en sí).  Esta separación es con fines de orden estético y visual. El Hogar puede concentrar, de manera profunda, dinámica y por tanto compleja, varias sino todas las cualidades que  aquí enuncio separadamente.


En próximas entregas iré profundizando sobre cada espacio imaginado. Por el momento deseo concluir con una afirmación más acerca de este tema que abordo, y es que la condición del migrante es lo que, personalmente, me ha empujado a la reflexión acerca de qué es el hogar y cuáles son las cualidades de este habitar afectivo. Por lo tanto, es esta precariedad en la situación de constante migración la que se corresponde en mi caso, con este interés por el espacio amado.



sábado, 7 de septiembre de 2013

lunes, 2 de septiembre de 2013

Una casa

[Una casa donde voy solo llamando / Un nombre que el silencio y los muros me devuelven 
Una extraña casa que se sostiene en mi voz / Y habitada por el viento.
Yo la invento, mis manos dibujan nubes / Un barco de gran cielo encima de los bosques /
Una bruma que se disipa y desaparece / Como en el juego de las imágenes.]




sábado, 22 de junio de 2013

Siempre de paso

Desperté y no reconocí donde estaba.
Por un instante, sentí miedo. Un miedo helado y blanco. 
Como suele pasarme, pronto recordé: estoy acá, por esta razón, hace este tiempo. Entonces sobrevino el alivio del reconocimiento.
Así me despierto cada tanto, en algún lugar. 

Hoy miré el mar y me pregunté, por cuánto tiempo más seguiré despertanto de esta manera, en lugares que no me son propios más que por una fracción de tiempo; cuánto - hasta encontrar mi lugar.
El mar desconoce la respuesta a este interrogante.
El mar - y yo.