Una casa con plantas. La luz cada vez más tenue;
el color del fuego de la estufa en las mañanas de inmenso frío.
El olor a hogar de infancia; las sillitas de madera para siempre.
El mate dulce, el mate único, el mate con cedrón;
las tortas fritas trenzadas,
la justicia de los estofados.
La ropa arreglada; la sala de costura.
Las historias infinitas, simples, entre risas;
la memoria abriéndose paso a través del tiempo.
Así elijo recordarte, pedazo de mí que dejé tan lejos.
en el silencio de nuestras mutuas ausencias.
A la más grande.
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